La botánica de Lou es ese hilo invisible que une todo lo que hago. Pinto, enseño, tatúo, y en cada gesto vuelvo a las plantas. Cada ilustración, cada trazo, es una forma de reconocerlas, de dialogar con ellas y con quien las elige.
Soy Lourdes, aunque muchos me conocen simplemente como Lou. Soy arquitecta de formación, pero desde hace años el rumbo de mi vida fue guiado por el agua, el papel y las plantas. La acuarela se volvió mi lenguaje, mi manera de nombrar lo que me habita y lo que observo en el mundo. Empecé a pintar desde niña, pero hace seis años (2019) decidí abrazar esta técnica con todo lo que soy.
Lo que al inicio fue personal e íntimo, se fue transformando con el tiempo: primero en talleres compartidos con otras mujeres, en murales que dejaron rastro en muros ajenos, y más adelante, en tinta sobre piel.
Sin planearlo, mi vida se llenó de botánica, de pigmento diluido, de encuentros y de procesos lentos, pacientes.